La medicina herbaria, también conocida como Fitoterapia, es la ciencia del uso extractivo de plantas medicinales o sus derivados con fines terapéuticos, para prevención o tratamiento de patologías mediante dosis medidas ciertas plantas.
El uso de plantas como recurso terapéutico natural se remonta a tiempos muy remotos y es la más probada. Hoy en día la ciencia confirma la presencia en ellas de compuestos químicos con acciones farmacológicas, denominados principios bioactivos, que constituyen muchas veces los ingredientes primarios utilizados por laboratorios farmacéuticos.
Se las pude utilizar mediante infusión, compresas, tinturas madres, emplastos y aceites esenciales.
A continuación vamos a ver una planta muy conocida, la manzanilla (Matricaria recutita, antes Chamomilla recutita).
Se colectan en plena floración; luego se secan. Tienen un aroma fuerte, distintivo y de sabor amargo. Su aceite esencial contiene azulenos, bisaboles y flavonoides que le otorgan sus propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y relajantes del musculo liso, particularmente del tracto intestinal.
Se la ha usado por siglos como planta medicinal principalmente para trastornos digestivos, donde actúa aliviando el tejido gastrointestinal inflamado o irritado y reduciendo los espasmos dolorosos de los retorcijones.
Las propiedades antiinflamatorias y antiespasmódicas la convierten en un buen remedio para los dolores de estomago y de menstruación.
Utilizada en crema, sirve para tratar la inflamación de piel. Es recomendada para el eccema, la irritación de la piel de los bebes y los pezones agrietados. Se usa también como colirio y para enjuagues bucales antisépticos.
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