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En la época en que nos toca vivir donde el tiempo rige nuestras vidas, todas las personas tienen necesidad de detenerse, de conectarse con algo distinto que no sean sus obligaciones, simplemente escuchar música, conectarse con la naturaleza, desconectarse un poco la maquina cerebral y conectarse un poco mas con el placer.

Los masajes son el medio para encontrar nuestro equilibrio, para reencontrarnos con nuestro cuerpo, con nuestras sensaciones, para conocer el instrumento con el que nos movemos diariamente.

El masaje es un medio para neutralizar las cargas del trabajo y otras responsabilidades y junto con la práctica de ejercicios obtener un cuerpo capaz de respirar y moverse libremente.

Al conectarse con el bienestar físico,  vemos la relación que hay con el plano mental; el placer cura.

Sentir nuestro cuerpo flexible, liviano,  va a provocar un estado mental similar; si estamos rígidos, es muy probable que ese estado se traslade a la mente.

Las técnicas de masaje son fáciles de aprender, instintivamente llevamos las manos a la frente en caso de agotamiento o dolor, nos masajeamos un punto doloroso, mimamos a los niños cuando se quejan de algún dolor, abrazamos a un amigo para aliviar una pena, a pesar de técnicas especificas como por ejemplo shiatzu, reflexología, tui ná, masajes con piedras calientes, masaje tailandés, etc.; no debemos perder estas aptitudes naturales.