martes, 30 de agosto de 2011

El mundo de la Medicina Tradicinal China


Durante siglos, los conocimientos de la naturaleza fueron limitados y la tecnología no había alcanzado aun su pleno desarrollo. El pensamiento de la gente estaba encadenado a las creencias tradicionales y conservadoras.
La Medicina Tradicional China es uno de los artes más antiguos de sanación, existe hace más de 2500 años. En realidad es una medicina preventiva.
El libro mas antiguo de Medicina Tradicional China es el HUANGDI NEIJING (canon de medicina interna), escrito en forma de dialogo entre el emperador amarillo y su medico de cabecera. Ahí podemos encontrar las propiedades curativas de la granada y del ruibarbo. El emperador KIWANG-TI acostumbraba a darse baños con estas hierbas para su dolor de articulaciones.
La acupuntura es la ciencia curativa de la Medicina Tradicional China, que basa su conocimiento y practica en el QI (chi), que es la energía dadora de vida; también conocida como ki en Japón y  prana en India. El concepto de Qi es amplio y se usa también para explicar cada uno de los eventos o cosas que forman las manifestaciones del universo.
Dentro de la Medicina Tradicional China, además de la acupuntura, encontramos diferentes disciplinas como  Fitoterapia, digitopuntura, tui-ná, oligoelementos, aromoterapia, iriología, reflexología. Entre otras, que hacen que la medicina sea tan abarcativa. Las dietas y los masajes son muy importantes dentro del estilo de vida del pueblo, como así también el Chi-Kung.
Se considera al cuerpo humano como un microcosmos que debe vibrar armónicamente con el macrocosmos en donde vivimos. Un desbalance energético o una desarmonía deriva en una enfermedad. La salud depende del estado de felicidad del individuo. Equilibrando estas energías del cuerpo se pueden reducir los procesos de deterioro físico y las enfermedades. Para entender estas desarmonías debemos comprender las teorías del Yin-Yang y de los cinco elementos.
La Medicina Tradicional China reconoce a cada persona como individuo; por eso, ante dos personas con la misma enfermedad, el tratamiento a seguir va a ser diferente, son dos personas distintas, dos cuerpos distintos, vivencias diferentes. Por todo esto la Medicina Tradicional China es una medicina holística, ya que contempla la armonía entre cuerpo, mente y espíritu.






Uno de los fundamentos de la Medicina Tradicional China es la teoría del Yin-Yang, ambos son opuestos y complementarios que se unen para formar un todo.
En la filosofía china el Yin-Yang son dos fuerzas cósmicas que dan forma y equilibrio a la vida. Son opuestos en un estado constante de flujo y tensión que dan lugar a la vida. Coexistes continuamente y son inseparables; por ejemplo: el día es Yang y la noche Yin. El agua es Yin y el fuego Yang; el agua es de naturaleza fría y tiende a caer, por eso es Yin; el fuego es de naturaleza caliente y su llama se eleva, por eso es Yang. Todo lo que nos rodea tiene su parte Yin y su Parte Yang.  El Yang se transforma en Qi y el Yin se transforma en sustancia. Son valores relativos, el Yin contiene al Yang y el Yang contiene al Yin.
El Yin es una energía femenina, luminosa y fluida, se encuentra presente en la luna, la lluvia y las inundaciones, también en la oscuridad, en la pasividad y en la absorción; su fuerza es centrípeta.  Sentires como la tristeza es de característica Yin.
El Yang que balancea a su opuesto (Yin) es de energía masculino, pesado y sólido. Es la fuerza que está en el sol y en las estrellas. El calor y el movimiento son característicos del mismo y su fuerza es centrífuga.
El comienzo de un movimiento es el nacimiento del Yang y el final del mismo es el nacimiento del Yin; también podemos decir que el Yin se encuentra en ascendencia cuando se aproxima el frio y húmedo invierno y en declive en el calor y nuevo crecimiento de la primavera temprana, cuando Yang se afirma.

La causa fundamental de una enfermedad o desarmonía es el desequilibrio del Yin-Yang del cuerpo humano,
que puede ser producido por factores etiológicos climáticos o por insuficiencias orgánicas.

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